Esos momentos, los tenemos que apreciar y agradecer.
Son cosas de la vida que nos han ayudado a formarnos como personas.
Si el destino nos la tiene jurada, no sera por mal, sino para ayudarnos a que tengamos elección, porque solo nosotros elegimos ir por un camino u otro.
No debemos arrepentirnos de nuestros actos, a no ser que sean actos verdaderamente horribles, que hayan dañado a personas físicamente o psicológicamente. Nuestros actos nos han ayudado a conocer personas que al mismo tiempo nos han ayudado a crecer, a evitar personas que nos podrían haber hecho mucho daño o, puede que no hayamos podido a conocer a personas realmente estupendas, pero si estamos destinados/as a conocerlas, en algún momento de nuestra vida volveremos a encontrarlas.
No debemos desear momentos de nuestras vidas, porque esos momentos nos han ayudado a ser más fuerte y a madurar. Es cierto que no es bonito perder a alguien que se quiere, pero tenemos que pensar que todo el mundo muere algún día, aquí solo estamos de paso.